17/10/10

La ropa sucia se lava en casa o el Revolucionómetro

Anatema al discurso de la pureza revolucionaria a propósito de la UBV (Ccs) (escrito en 2005 en Aporrea y mejorado y aumentado hoy)

Reflexionando acerca de la forma como nos relacionamos en esta revolución, me consigo con escenas repetidas de “cállate la boca, que puedes perjudicar al Presidente”. Bien, creo que esta frase lapidaria y chantajista es harto conocida por muchos y muchas. Cuando un “ciudadano” de la República se atreve a expresar sus pareceres o postura crítica con relación a cualquier hecho que represente una irregularidad en cualquier institución, misión o administración pública en general, siempre te salta algún lumpen energúmen@ dueñ@ de uno de los tantos revolucionometros a gritarte: ¡Bueno chica! Es que tú como que eres medio escuálida!! No ves que hablando esa paja perjudicas al Presidente y al “proceso” o a la jefa o al jefecito y su gestión! Pero, curiosamente cuando les preguntas ¿Qué entienden por proceso?, estos personajes ven al techo, se rascan la barriga o simplemente se empinan su vasito de wisky y te cambian el tema. ¿Cuántos no se han lavado el rostro con el Presidente y la Revolución?, ¿Cuántos no han detenido reclamos justos de derecho a nombre del Presidente y de la Revolución? Más aún ¿Cuántos no hemos sido víctimas del vil chantaje político ante la revisión crítica de algún hecho doloso en la administración pública?

El nuevo código de valores revolucionario, amerita sincerarse y revisar las actitudes que se requieren para la construcción de una sociedad justa, respetuosa del otro(a) y del modelo alternativo Bolivariano. La traición, la complicidad, la actitud complaciente del “a todo sí a nada no” o el jalabolismo (baña perros de la cuarta), por el hecho de seguir haciendo lo que es más conveniente para la individualidad y sus intereses, o por seguir disfrutando de la beca ministerial, primas por jerarquización, o de disfrutar de viajes con viáticos financiados por el organismo, o de cuidar el puesto (ergo bozal de arepa), o los permisos o comisiones de servicios otorgados(remuneradas o no) entre otras. Mi patria, mí casa, Venezuela, es el escenario propicio para el debate y la revisión del proceso que hemos estado viviendo hasta ahora. Pero más propicios son los espacios de la UBV, para dilucidar tan importante cuestión. No tendría sentido ocultar fallas y sería un error fatal para el futuro que es presente, insistir, a diez de años de revolución y con el antecedente de NO HABER APLICADO LA NECESARIA REVISIÓN A PARTIR DE LAS TRES R en 2007, en decirle al de al lado al más rancio estilo de los cabilleros adecos: cállate por que si no, te jodo, no ves que me saboteas mis proyectos personales, mis beneficios ¿A quién se le ha olvidado la revolución? ¿No será a quienes hoy sólo cuidan su comodidad, sus prebendas, su semillero personal, sus proyectos particulares? Da asco el mezclote extraño del pseudo discurso revolucionario que sale de los hocicos de quienes como jauría de perros, sólo cuidan rebaño ajeno: se llaman de avanzada y muy claros, pero sin negociar los privilegios del ser “intelectual parasitario” de nuestra universidad.

Siempre he creído que el verdadero sentido de la amistad radica, en la posibilidad de señalar el momento justo cuando se ha equivocado el camino. Así, como la certeza de andar por la senda justa. Resulta que hoy te amedrentan, con el babero en la boca, con frases repetidas y poco originales como: “caramba compatriota dudo de su compromiso revolucionario”. ¡¿Quién carajo tiene la vara para medirlo?! La estratagema de silenciar por conveniencia, es contrarrevolucionaria. Pretender que esto siga siendo una práctica común; ES TRAICIÓN.

Resulta que en repetidas ocasiones son aquellos pseudo revolucionarios, practicantes de sus miserias sin ningún escrúpulo, los oportunistas, los que le besan los pies y son capaces de desdoblarse y pasar de académicos/as ilustradas de capa roja y demás a bodyguard de las autoridades: No mejora nada el enfermo y francamente ¡Lo que dan es lástima! Esos que logran colarse en las estructuras de poder y con un doble discurso pasan a negociar licitaciones para privilegiar contratistas, aplicar “operación colchón”, usufructuar de los bienes del estado para beneficio propio, transar puestos de trabajo, negociar cabezas, negociar becas institucionales, administrar cooperativas, comprar conciencias falsas con becas, viajes o carguitos, consolidar el nepotismo, en fin ejercer uno de los vicios más dañinos de todo sistema de gobierno: la corrupción (mental y material). La corrupción es el cáncer de la democracia. La corrupción descompone el quehacer político y carga, como sietecueros, en la piel social, la lisonja, el despotismo, la mentira, la manipulación, el rastrerismo, el “casi te pongo las pantuflas”. Todas estas actitudes genuflexas y rastreras, parecen constituirse en la madre de las anti virtudes que poco a poco, se ha ido imponiendo en nombre de la Revolución.

Si te atreves a alzar la voz para protestar por alguna acción violatoria de algún derecho, entonces acuden enseguida estos personajes faltos de olfato político y de valor para enfrentar al verdadero adversario, y proceden a amenazarte de manera velada y descarada. Luego te expresan con mirada lánguida y la mano en el corazón, que “por el Presidente y la Revolución debes callar”. Debemos evitar que la cotidianidad del pueblo noble se contamine con esta práctica y con la indiferencia y la estrategia guebeliana de crear, desde los laboratorios chimbos de chisme y cobardía, matrices de opinión en contra de quienes expresen sus opiniones o señalen los errores. Triste es oír a personitas, muy rastacueras/os recogiendo el rumor o chisme para joder la moral del Otro y de la Otra. Insinuando con comentarios malsanos, para comprometer la moral ajena: COMO DICEN EN MI TIERRA, LAS PUNTAS SON PROPIAS DE LAS PUTAS…Y es que hasta miserablemente cobardes son. Enseñar al pueblo a exigir derechos, señalar fallas, actos de corrupción y cumplir deberes, es revolucionario. Porque se entiende que errar es de humanos, rectificar es de sabios. Sean sabios.


SIN ANONIMOS, DE FRENTE Y CON LA CARA EN ALTO.



Ingrid Castillo

ibecast@gmail.com

13/10/10

Intento de deconstrucción de la retórica del Desarrollo: Encapsulando un antígeno externo (para el debate)

Por Ingrid Castillo

Monsieur Dupont te llama inculto,
porque ignoras cuál era el nieto
preferido de Víctor Hugo.

Herr Müller se ha puesto a gritar,
porque no sabes el día
(exacto) en que murió Bismark.

Tu amigo Mr. Smith,
inglés o yanqui, yo no lo sé,
se subleva cuando escribes shell.
(Parece que ahorras una ele,
y que además pronuncias chel.)

Bueno ¿y qué?
Cuando te toque a ti,
mándales decir cacarajícara,
y que donde está el Aconcagua,
y que quién era Sucre,
y que en qué lugar de este planeta
murió Martí.

Un favor:
Que te hablen siempre en español[1]

El poeta cubano Nicolás Guillen (1902-1989), denuncia en esta oda, de forma magistral y sin mucho formalismo, el proceso de dominación cultural imperial. Esa imposición de otras verdades que son ajenas a la realidad de los pueblos de nuestro continente. Ciertamente somos resultado de un proceso de choque violento que se dio durante el siglo XV, es cierto que debimos conocer a Voltaire, Kant, Locke, a los iluminados pues, los ilustrados, los pensadores de euroccidente. Eso es cierto, nada más absurdo que negar que nos subyugaran a sangre y fuego. Pero, se apela al derecho legitimo de liberarnos y de dejar de ser hijos e hijas bastardos de la colonialidad y así superar la simpleza libertaria de ser, en apariencia, “libres o emancipados económicos”. La verdadera liberación se hará efectiva cuando dejemos de tener miedo a rebelarnos contra lo que ha sido el intocable pensamiento único civilizatorio y sus más conspicuos representantes. Soltar las barandas de lo que es seguro y ya está hecho, no es fácil. Sobre todo cuando se está contaminado por la ideología de quienes han dominado. Entonces ¿Quién dijo que sería fácil? Es allí, quizás, donde radica lo mejor del reto que se nos presenta en este período histórico de transiciones, transformaciones y dolores.

Por ello, que mejor ejemplo que el propio cuerpo humano para ilustrar este asunto de la inserción por cualquier medio, de discursos, teorías o conceptos ajenos a la realidad de los pueblos. Cuando al cuerpo humano, penetran agentes exógenos[2], ajenos lógicamente a la naturaleza del organismo, este reacciona encapsulando tal elemento y fagocitándole[3] hasta expulsarle o devorárselo. En ocasiones, el antígeno es tan poderoso que el cuerpo no logra defenderse y termina cediendo a la infección. Esperemos que no sea nuestro caso, pues básicamente con la idea de Desarrollo[4] en los pueblos del continente centro y suramericano, sucede algo similar.

Cuando logramos liberarnos del troquel histórico, impuesto mediante la retórica y su sistema de signos, significantes y símbolos desarrollista, se empiezan a descubrir hechos que seguidamente se constituyen en herramientas liberadoras de lo que ha sido la sujeción cognitiva, cultural y político económico a los cuales han sido sometidos los pueblos de nuestro continente. Autores como Immanuel Wallerstein[5], señalan que el orden mundial imperial moderno encuentra su hito en la consolidación del circuito o sistema comercial europeo y los hechos históricos vividos en el proceso de expansión de los imperios coloniales del siglo XV-XVI. Esto ha sido repetido por otras voces de manera contra hegemónica, impulsándose así la construcción de un contra discurso de la dominación y el vasallaje colonial. La aceleración del intercambio comercial, la emergencia de nuevas mercancías y la multiplicación del mercado de esclavos y esclavas, así como la adhesión de nuevos territorios a estos imperios fortaleció el principio dual de mundo: el civilizado y el primitivo, el arriba y abajo, el negro y el blanco, el desarrollado y el subdesarrollado.

¿Estamos entrampados en el laberinto?

Es imposible deshacerse del yugo sin conocer la forma a través de la cual éste nos oprime, es decir ¿Cómo funciona la retórica del dominio, sus signos, significados y los símbolos que componen tal discurso? Absurdamente hay quienes hablan de decoloniaje y siguen invocando muertos europeos para poder explicarlos y explicarse. Es una trampa con sabor añejo, pues lo que debe reconocerse es que estamos contaminados por la forma de pensar euro occidental. Luego, reflexionar ¿Cómo salirnos de esta prisión? Quizás conociendo a fondo al carcelero y reflexionando en torno a las retóricas históricas de dominación, sus representantes y el impacto en nuestra cotidianidad. Preguntándonos de forma regular ¿Por qué esto ha de ser de esta única manera?

En autores como Augusto Comte (1798-1857), uno de los fundadores de la filosofía positiva, grosso modo y asumiendo responsablemente que no es un planteamiento profundo, la idea de una nueva sociedad y un nuevo orden después del Medioevo europeo, estaría concentrado en el amor como principio, orden como base y progreso como fin[6]. Ese último signo lingüístico: progreso, dará paso a la idea moderna de desarrollo. Para Comte, la idea de progreso estaría cargada significativamente por el orden y la jerarquía rompiendo relación con la metafísica y el dominio de la iglesia.

Durante la transición sociopolítica del pueblo francés hacia el siglo XVII-XVIII, se planteó la idea de modernidad como el proyecto idóneo que daría entrada a un nuevo orden, donde el logos sería la referencia. Filósofos de la talla de Kant o Rousseau, nutrieron con sus planteamientos el cuerpo teórico filosófico de esta etapa histórica que permeó los procesos convulsivos que se vivían en paralelo en el nuevo continente. Más aun, la emergencia de un sistema de comunicación y transporte potenciado por las invenciones que se desarrollaron a finales del siglo XVIII, permitieron la expansión en simultáneo del incipiente liberalismo económico, cuya idea de progreso sería concebida como la posibilidad de alcanzar, a través del mercado, la independencia de los poderes públicos recién creados y la maximización de la riqueza de los privilegiados sociales. Fue una especie de adecuación del mercantilismo atrasado al nuevo escenario. Seguían existiendo esclavos y esclavas, en su versión “mejorada”.

Es así, que el Desarrollo como concepto moderno, desde su contenido histórico y semiótico[7], guarda relación con formas de dominación y clasificación excluyentes, de un sistema económico que siempre ha sido depredador. La imposición de fórmulas preconcebidas desde pensamientos paralíticos, culturalmente hablando, deja un sabor amargo en quienes somos o hemos sido depositarios de esa idea de crecimiento sólo de tipo económico y de economía bancaria, para aprovecharme del término acuñado por Freire[8].

Para Andrew Viola[9], la idea de Desarrollo está efectivamente fortalecida por la carga semántica negativa y por la imagen europea y occidental de Desarrollo (crecimiento económico, tecnológico e industrial), lo que ha contribuido a la invisibilización de realidades y modos de vida diferentes. Lo que no significa que el propio modelo de Desarrollo, busque mecanismo de contención y control de los hechos sociales, políticos y culturales que se constituyen en amenaza para su crecimiento. Inclusive, Viola reconoce y afirma que el discurso del desarrollo, desde sus orígenes ha usado el modelo occidental de sociedad como parámetro para medir el relativo atraso o progreso de los demás pueblos del planeta[10]. El detalle es que son parámetros de medición hechos a la medida de otros y nada más terrible que andar con zapato prestado y apretado.

¿Dime cuándo tú vendrás? Tell me ¿Cuándo, cuándo, cuándo?

Las guerras en general, han marcado la pauta en los procesos de crecimiento de los aparatos industriales y circuitos comerciales, así como, en la expansión de los imperios. La guerra es una de las mejores y más lucrativas industrias, a decir de los necrófilos que viven de ella y de los expertos en el tema. Andrew Viola afirma categóricamente, que el discurso del desarrollo emerge en la década de los años 50, específicamente, con el discurso de Harry Truman, mejor conocido como la Doctrina Truman. Pero de manera precisa y sin rodeos ¿Qué señala la doctrina? Simplemente marca el compás de un proceso de universalización del modelo Desarrollista y del modo de vida norteamericano. Precisa el documento, que el desarrollo orientado por las frías luces técnico científicas de los países industrializados, especialmente con Estados Unidos a la cabeza (o el país sin nombre recordando a Saramago), garantizarían mayor producción.

Es así que teóricos como Walt Rostow (1916-2003), afirmarán más delante de manera etnocéntrica y arrogante que el estadio de subdesarrollados, es una condición originaria e intrínseca de cada región de la periferia. Es la naturalización de la pobreza para algunos, desde la concepción cultural y geopolítica (pobres son: África, Asia, América del Sur).

El desarrollo como panacea del modelo hegemónico jamás llegó ni llegará a la periferia. Ha sido criticado, como señalara el propio Arturo Escobar, pero jamás se ha planteado la herejía de atentar contra la sacralidad del concepto de Desarrollo propiamente. Lo que se ha hecho son arreglos ajustados a fines muy específicos en regiones o pueblos que han tocado el fondo del abismo de la miseria. Ejemplo de ello, la proliferación de financiamiento de proyectos locales en África por parte de los entes financieros multilaterales (BID; BM; USAID; Unicef etc.) No interesa el fondo de la cuestión, sino paliar los efectos devastadores de un modelo económico salvaje.


Desde lo planteado anteriormente con relación al encapsulamiento y la fagocitosis, parece que el modelo desarrollista con su construcción retorica y su aplicación práctica se han constituido en un antígeno exógeno resistente y de larga data en el cuerpo cultural, político y económico de nuestro continente. Sin embargo, se ha desatado en estos momentos históricos una insurgente respuesta defensiva por parte de quienes creemos que, incluso, debe profundizarse la ruptura con este discurso Desarrollista y sus representantes. Y es que, el proceso de putrefacción ya se ha iniciado, el cuerpo social y bio ambiental no resiste más, y lentamente, se busca la expulsión del modelo. Es así, que la única forma de superar el Desarrollo es planteándonos lo alternativo, politizando la discusión, visibilizando a quienes no teníamos voz, mirando nuestras realidades y nuestras potencialidades, para superar esta concepción desarrollista que, como un poderoso patógeno, mina el cuerpo social de nuestro continente, por lo cual debemos mirar desde otras opciones.



[1] Poeta Nicolás Guillén (1902-1989). Obra La rueda dentada (1972). Poema: Problemas del subdesarrollo.

[2] Antígeno, es un término propio de la Biología, cuyo origen etimológico (griego) refiere “algo que produce propiedades contrarias”, generando una respuesta inmune.

[3] Fagocitosis, término propio de la biología, alude a procesos de degradación y exterminio de células ajenas al cuerpo. Este término proviene del griego phagos (come) y kytos (célula).

[4] Desarrollo, etimológicamente hablando, proviene del término latino ROTA, que significa RUEDA.

[5] Wallerstein, Inmanuel (2005) Análisis de Sistema Mundo. Una Introducción. Trad. Carlos D. Schroeder. México: Editorial Siglo XXI.

[6] Ferrater Mora. Diccionario de filosofía. 2004. Pág. 610.

[7] Según Ferrater Mora (2004), la semiótica es un metalenguaje que cuenta con tres ramas fundamentales: sintáctica, semántica y pragmática. La importancia de esta teoría radica en el análisis que se realiza de las palabras y su contenido simbólico (Ibíd.: 3221-3222). Las construcciones discursivas guardan una intención, no son inocentes o simples términos vacios.

[8] Paulo Freire, en su obra Pedagogía del oprimido, nos habla de la educación tradicional, moderna como un mecanismo ideológico de sostenimiento de modelos hegemónicos. Plantea que la relación educando-educador desde este enfoque es vertical y tipo bancaria. Siendo que los educandos son los depositarios de los educadores.

[9] Viola, Andrew (Comp.) Antropología del desarrollo. Buenos Aires, Argentina. Editorial Paidós.

[10] Ibíd.: pag.12. Incluso en este escrito, se describen como propios del modelo desarrollista las siguientes características, cuya herencia se remonta al movimiento iluminista de Orden y Progreso: Fe en el progreso, tecnología, mayor calidad de vida (hay que debatir sobre esto), combinación del positivismo, Monismo metodológico (cientificismo).

26/9/10

Origen (es) del mal: entre lo sagrado y lo profano (parte II)

Por Ingrid Castillo

Mysterium tremendum et fascinans. [1]


No es el hambre, el amor, la ira ni el miedo, la fuente de nuestros males, sino nuestra propia naturaleza. Ella es

la que engendra el hambre, el amor, la ira y el miedo[2].

El Mal es, ciertamente, un misterio abismal y fascinante. Para algunas personas lo malo, como vimos en el escrito anterior, está relacionado con prácticas o rituales mágicos religiosos. Esto podría estar relacionado con la creencia de la existencia de “fuerzas invisibles”, o porque se trata de “seres, signos o símbolos volátiles” que tienen el poder, por encima de Dios, de provocar el Mal. Es así que, por ejemplo, podemos observar en nuestro continente americano como muy “común” que una madre católica conjure el mal de ojos de su hijo/a, colocándole un azabache o peonía con una tirita roja en el brazo. La peonía o azabache, tienen la misma fuerza “protectora” de origen divino, que el agua bendita que el cura riega al niño en el rito bautismal. Por otra parte podemos observar la práctica ritual generalizada, de colocar sobre la puerta principal de las casas una planta de aloe (Sábila) con una tirita roja, quizás con la idea de consagrar el espacio en el cual se vive y así, alejar el Mal. Es la consagración del espacio mediante el ritual.

Decíamos igualmente que la retórica científica–racional no tenía cabida para ciertos noúmenos[3] que azotaban y azotan a individualidades y colectivos. Por lo que lo malo o el Mal, terminan siendo una suerte de amalgama entre “mala suerte, superchería, fe, poder, mito y realidad” y quizás, a decir de Mircea Eliade[4], la relación más importante estaría entre lo real-racional y lo irreal-irracional, entre lo sagrado[5] y lo profano.

Es imposible que tratemos el Mal, sin hablar del Bien, pues ambos son fenómenos dependientes o complementarios. La idea de Bien, ilustra la escala valorativa de lo que es malo. Dime cuál es tu idea de Bien y sabremos qué es lo Malo para ti. A lo largo de la historia se ha buscado la razón o razones por las cuales el Mal se hace presente y el Bien se muestra ausente o indiferente. Ese sortilegio entre lo mundano y lo sacrosanto, ha dado forma explicativa adecuada a la idea básica que algunos seres humanos tenemos acerca de algunos hechos históricos y cotidianos.

Decíamos en la entrega anterior que el libro de Job (sagrada Biblia), nos muestra una idea de Mal personificada en un ente específico y unas estrategias morales religiosas, que desde el cristianismo (al igual que desde otras religiones) debemos seguir para conjurar o soportar tal calamidad. Sin embargo, signos y símbolos se conjugan dentro de ese proceso de construcción del Mal como justificación de algunos flagelos, para consolidar la práctica común de explicar ciertos y determinados hechos con la retorica del Mal o lo malo. Es así que se pueden escuchar explicaciones a grandes cataclismos como por ejemplo la tragedia del Estado Vargas en 1999. Con la cual se buscó entender la razón del por qué fallecieron miles de personas en un deslave. Es así, que desde la concepción teológico cristiana pudiésemos pensar: ¿Qué pecado cometería el pueblo de Vargas, que Dios lo castigo de esa manera? Respuestas sobraron, ninguna satisfactoria, mucho menos adecuada. Por supuesto que para este hecho, se excedieron las especulaciones en torno a la causa.

En esta segunda entrega, abordaremos el problema del origen del mal desde la revisión de la obra Cándido o el optimista de Voltaire[6]. Esta obra consta de 30 partes, las cuales se constituyen en un relato descriptivo de las tribulaciones y desventuras de Cándido, personaje central.

En el desarrollo de la obra, se presentan inicialmente tres personajes centrales: Cándido, la señorita Cunegunda y el doctor Panglos. La guerra como marco histórico, juega un papel primordial en esta obra. Cada uno de estos personajes cuenta con una significación: la inocencia y candidez; la tentación, la curiosidad y la fría razón instrumental-el saber. Es así que en el caso de Cándido, éste nos muestra cómo, mediante el sacrificio y el dolor se construye el camino a la redención y al heroísmo. Sin embargo la tragedia marca el desarrollo de su vida. Tragedia que logra enfrentar con valor y “optimismo”.

Es interesante, además, observar la idea de mujer que se deja colar entre líneas en el transcurso de la obra. Cuando por ejemplo Voltaire escribe: la señorita Cunegunda es obra perfecta de la naturaleza y afirma que las mujeres se entregan a excesos a causa de la religión. Asimismo, reconoce el autor que uno de los más grandes males que pueda afectar a la mujer es el estupro y la mercantilización de su cuerpo para la sobrevivencia.

Otra particular contradicción la representa el maestro filósofo Panglos quién, a causa de su promiscuidad, se ve afectado severamente de salud y se regocija en la idea de venganza. Lo que se pudiese interpretar como una doble moral.

Santiago el anabaptista, manifiesta su particular condena a la guerra. Y señala que el Mal se lo procuran los hombres al hacerse lobos de si mismo ya que Dios sólo manifiesta el Bien. Panglos, quien representa la razón, señala en respuesta a tal afirmación lo siguiente: Todo eso era indispensable, replicó el doctor tuerto, y de los males individuales se compone el bien general; de suerte que cuantos más males particulares hay, mejor está el todo.[7] Luego de esta afirmación del personaje me asaltan algunas inquietudes: ¿Es el Mal un negocio? ¿Las guerras son un mal necesario? ¿Es la retórica discursiva sustentada en el Mal como causa de todo, una justificación ante el proceder de los seres humanos?

Voltaire, descubre o pone al descubierto las miserias humanas. Expone la venganza, la ira, el goce con el dolor o mal ajeno como prácticas comunes en la especie. En este sentido es importante el ejemplo del marinero. Este representa al ser humano indiferente, mal agradecido y criminal (Cfr. Capítulo V). La posición del filósofo Panglos, es absolutamente racional e incluso llega a la resignación al señalar que las cosas pasan porque así deben pasar. Es la perfección de lo racional-real, de lo que es visiblemente explicable y comprobable.

La muerte es motivo de reflexión para el protagonista, el cual no entiende las razones por las cuales el justo (el fraile Santiago) y el sabio (Panglos) han muerto. Llegando a cuestionar su fe. La iglesia es representada por el Inquisidor, quien con sus vicios y voluptuosidades atina a hacer uso del “poder” inquisitorial que la iglesia le ha dado para satisfacer sus placeres y vicios.

Cunegunda, quien habría muerto a causa de la guerra, retorna, pues no había fallecido físicamente, más moralmente sí. Está acompañada de una vieja criada, ha caído en el vicio de la prostitución. Esta situación sin embargo, no es señalada de forma taxativa por el autor, sino que lo deja a imaginación del lector/a. Cunegunda, representa la mujer que sobrevive a desgracias haciendo uso de sus dotes femeninas, colocando al margen el asunto moral. La desgracia, tal como la padeció el propio Job, será asumida como efecto de la voluntad divina y como maldición de existencia que hay que sufrir en la vida terrenal, pues para ello ha sido creado el hombre y es su pago por el pecado original.

Durante el relato, Voltaire recrea en su obra prácticas aberrantes como la violación, el saqueo, la epidemia, la castración, el suicidio, la mentira, la vanidad, la esclavitud y la antropofagia para ilustrar el mal individual y colectivo que reposa en nuestra especie. Son las miserias humanas. Todas estas bajas pasiones están aderezadas por actitudes perversas en un marco contextual de guerra. Serán los males físicos y morales el centro de esta obra. Voltaire plantea igualmente la reflexión entre bien y mal y pone al descubierto el doble discurso moral de algunas culturas (Cfr. Capitulo 16), pues ¿Cuál es la diferencia entre la antropofagia de los europeos y la de los naturales de las nuevas tierras? Apelan los personajes a la idea de control social mediante el establecimiento de leyes: derecho natural Vs derecho público, lo que también supone la inhibición de prácticas antihumanas.

El autor francés, deja correr a través de su pluma, que los pueblos de otras latitudes (América), no diferencian el concepto de mal practicado con respecto a Europa. Sólo el Dorado, la leyenda colonial, representará el ideal de perfección moral y física del cual le hablaba el maestro Panglos (cfr. Capitulo 18).

Para el personaje central de la obra, Cándido, el optimismo no es más que la manía de sustentar que todo está bien cuando está uno muy mal.[8] Asimismo afirma el autor, específicamente en el capítulo 20, que Dios no gobierna en la tierra, pues éste la ha dejado a merced de un ser maléfico y cuando hay calamidades o se cometen atrocidades que atentan contra colectivos, es porque Dios ha castigado al malo y el diablo ha ahogado á los buenos[9] ¿Qué quiere decir esto? que el perverso demonio reina en todas partes[10]

Durante la obra, la palabra felicidad o la idea de ella, no guarda mayor importancia. Se asume que la idea de felicidad es una ilusión o mera apariencia de tal condición[11]. El confort económico o material no dá la felicidad y mucho menos conjura las adversidades de la vida.

En el capítulo 25, Voltaire hace un juicio al saber y nos muestra un personaje (el turco), que desprecia todo conocimiento acumulado. Éste, no sólo repudia la historia y las bellas artes, sino todo el quadrivium que componía el conocimiento en la Europa antigua y medieval.

Finalmente, Voltaire señala en su obra que la posición más sabia es la de Martín, quien dijo que; contra el Mal, que es cosa natural en el hombre, vale la paciencia. Además propone dos caminos para el destino del hombre, caminos que por cierto, no tienen nada que ver con la idea de felicidad. Estos caminos son: las angustias o el fastidio[12]. Calamidades ambas que, según el propio Voltaire, serán superadas mediante el trabajo[13].

En la obra, el francés, se hace la pregunta filosófica acerca de cuál es la razón de ser del hombre en la tierra; ¿Desgracias, tribulaciones, sufrimiento, pruebas, castigo heredado por el pecado original? Son algunas de las respuestas que se pueden percibir a lo largo de esta novela. En cuanto a la búsqueda del origen del Mal, tenemos que para este filósofo y conocedor de las luces de la ilustración, el ocio, la indiferencia y las miserias humanas, son el origen del Mal y es allí donde radican las razones de nuestras desgracias individuales y colectivas, no en razones divinas.


Notas/citas

[1] Otto, Rudolf (1869-1937). La idea de lo sagrado. (versión original inglesa: The Idea of the Holy. 1923). Para este teólogo Alemán, la idea de lo sagrado se centra en la contrastación entre los hechos realmente manifiestos como sacros (hierofanías) y la construcción que se puede hacer desde el ámbito discursivo de lo Malo o el Mal, lo que asocia a lo profano.

[2] Tolstoy León (1828-1778). Cuento: Origen del Mal.

[3] Noúmenos y numen. Para este escrito la diferencia entre estos términos es la que señalara el propio Otto Rudolph y MIrcea Eliade, en cuanto a la descripción de fenómenos racionales (Kantt) o divinos. Para Otto Rudolph, las manifestaciones de lo sagrado generan terror: designa todas estas experiencias como numinosas (del latín numen, «dios»), como provocadas que son por la revelación de un aspecto de la potencia divina. Lo numinoso se singulariza como una cosa ganz andere, como algo radical y totalmente diferente: no se parece a nada humano ni cósmico (Eliade, M. Lo sagrado y lo profano)

[4] Mircea, Eliade. 2003. El mito del eterno retorno. Páginas 16-20.

[5] Ibidem

[6] Voltaire. 1759. Cándido o el optimista. Obra original: Monsieur le Doctor Ralph. [en línea] Consulta hecha en Septiembre de 2010.

[7] Ibid: 9

[8] Cfr. Capitulo 19. Pág. 30

[9] Ibid: 32

[10] Cfr. Pág. 36

[11] Esto queda muy bien explicado en el capítulo 24 (de Hilarión y Paquita)

[12] Ibid: 48

[13] En el Capitulo 30, señala el autor que: el trabajo nos libra de tres insufribles calamidades, el aburrimiento, el vicio, y la necesidad.

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