Charlotte Corday:Dirigido a los franceses amigos de las leyes y de la paz.¿Hasta cuándo, oh malditos franceses, os deleitaréis en los problemas y las divisiones? Ya bastante y durante mucho tiempo los facciosos y bribones han puesto su propia ambición en el lugar del interés general; ¿por qué, víctimas de su furor, se han destruido a ustedes mismos, para establecer el deseo de su tiranía sobre las ruinas de Francia?... ¡Trabajamos en nuestra propia perdición con más celo y energía que el que hemos empeñado jamás para conquistar la libertad.(Extracto del Documento escrito por Corday, lo llevaba entre su ropa cuando asesinó a Marat en Julio 1793)
Recientemente, quizás producto del raro aire que se aspira he presenciado toda una suerte de señalamientos y contra señalamientos inspirados en el dilema de Hamlet: “ser o no ser” he allí el dilema. Si mal no recuerdo de algunos materiales que he leído acerca de la Revolución Francesa (1789) uno de los “instrumentos” de “justicia” que se aplicó durante aquella dura época fue la guillotina. Este instrumento, se estrena con carácter masivo hacia mediados del siglo XVIII, el llamado reinado del terror y, cuenta con todo un devaneo de historia en uso ¿o abuso?.Según algunos datos históricos durante ese reinado se decapitaron no menos de quince seres humanos diarios, igualmente se refinaron las técnicas de uso del aparato, un doctor llamado Antoine Louis conjuntamente con Jean J. Guillotin, ajustaron “el peso de la hoja de la guillotina de 40 a 60 Kg” para hacer más efectivo y, por ende, “humanitario” el proceso de ejecución. Bien, se que no soy quien para cuestionar la utilización de un instrumento de terror como la guillotina, y agradezco consideren que es un análisis un tanto superficial de un hecho histórico que innegablemente nos marcó a todos/as. Pero no puedo dejar de expresar mi opinión con respecto a aquellos/as que andan invocando viejos espectros, y que además andan con la petición dionisiaca en la boca de “guillotinar” o peor aún pretenden emular al personaje de Alicia en el país de las maravillas, la Reina de corazones, quien se la pasó como loca durante todo el cuento gritando: ¡“córtenle la cabeza, córtenle la cabeza”!.Sí nos detenemos a analizar algunos discursos en estos tiempos de profunda transformación, observamos la efusividad y el desgarre de vestiduras, como la orden del día. En estos días, por ejemplo, unos amigos/as escribieron a mi correo manifestándome que pedirían la guillotina, fusilamiento y afines para esta servidora, por el simple hecho de haber escrito un “articulazo”,es decir, se activo el “Tribunal de la Revolución Electrónica (TRE)” y me hicieron un juicio pues. Si por ellos/as fuese, la tolerancia se la hubiesen acompañado campaneando una copita de hemoglobina o si se les hubiese ofrecido la hemo “en las venas” (por aquello de “en las rocas”) de seguro hubiese sido mejor, se la hubiesen jalado cual pajilla. Ahora, leo con inquietud que el debate y el intercambio de ideas no es precisamente multidireccionado, democrático y plural, mucho menos tolerante-respetuoso, sino que se ataca, señala y persigue. Sencilla y radicalmente, se ataca a todo aquello que no se parezca a los parámetros interesados, quizás establecidos en el revolucionometro que poseen. Lamentable actitud. Así no se construye. Siempre he escrito en esta tribuna que la violencia tiene mil caras. Esta es otra de ellas.Yo me pregunto, será que estos/as personajes que abundan en todos los escenario del quehacer nacional, harán una oxidada copia de la gesta histórica del pueblo Francés y de los hombres y mujeres (invisibilizadas por estos patriarcas) que liderizaron esos hechos de la historia. Será que constituirán un comité especialmente encargado de precisar la Plaza que sirva de escenario geográfico para el cadalso y se cercioraran de que luego quede como símbolo histórico para aleccionar futuras generaciones, además aplicarían tecnología de punta (se me ocurre hoja láser o algo así, que cauterice la pieza cortada para evitar derrape de sangre y el consecuente hedor), para mejorar la “efectividad” de la ya vieja y cansada guillotina que trabajó hasta bien entrado el siglo veinte. ¿Quizás el cadalso sería anatómico, con un mecanismo deslizante (slider para los que prefieran lo importado) que lleve las piezas a un depósito inferior?Creo que sería para estos miembros/as de la especie menos vergonzoso y mas creativo y ajustado al tono excluyente de sus discursos que esgrimen para apelar a viejos mecanismos de opresión (aunque asumo que suena terrible y trivial), que las disertaciones girasen en torno a que mejorar de estos “instrumentos” tan citados y mentados en este tercer milenio, antes que pedir repetidamente que se saque la rancia doña Guillotina. O revisar si los postulados de la Revolución no fueron más bien sus contracaras “opresión, desigualdad y exclusión” o quizás sería aún mas nutritivo revisar la vigencia o no de teóricos como el liberal Locke con su teoría de la igualdad natural entre los fraters y el carácter representativo de los gobiernos, la teoría liberal democrática por excelencia y que ha sido colocada en la mesa de la historia para su revisión profunda y crítica; o la revisión de Shelling acerca de la libertad como propiedad de los hombres, o mejor aún la discusión en torno al discurso misógino y estigmatizador con respecto a las mujeres de Juan Jacobo Rousseau expuesto magistralmente su alabada obra el Emilio, en especial el libro que se ha pretendido esconder: el libro quinto de la Sofía. O quizás sería mejor aún salirnos del mundo de lo abstracto e irnos a lo que yo llamo el fondo de lo humano, la esencia del mundo real, sería más enriquecedor apreciar, vivir y reconocer todo lo que afecta la humanidad por estos tiempos míticos de transformación.Se pretende avanzar con el imperativo robinsoniano de “dejar de importar modelos”, esto sólo se logrará en parte cuando dejemos de invocar esos detalles viscerales y terroríficos de la historia, cómo vía para deshacerse de lo que se considera no igual, solo entonces contribuiremos con un proceso revolucionario de transformación humana. Sugiero que se tenga cuidado con lo que se desee, pues el pensamiento es acción. Es un asunto humano, diferencias humanas, egoísmos, intriga, venganza, rencor, tu rojo, yo azul, ella negro, etc. El punto está en ¿Cómo dirimirlas sin acudir en pensamiento y acción a la violencia importada de otros tiempos o de creación actual como solución?.Finalmente, me ronda una pregunta a la cuál creo no se le puede dar sencilla respuesta: ¿Qué diferencia hay entre la Guillotina; los clavos, el madero y la corona de espina; las balas, la soga, el gas, las máquinas Buldózer, los medios de comunicación en su infinita variedad, los virus, la fusión de partículas subatómicas y la espada?. La especie debe reflexionar. Debemos reflexionar y reaccionar ante la cultura de la muerte.
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